Cuando era joven tenía una novia que estaba completamente obsesionada con el mundo del audiovisual y gracias a conocer a las personas correctas, consiguió que le diesen su primer trabajo dentro del mundillo del audiovisual. Esta chica al final acabó por estudiar un Master en montaje y Postproducción Madrid para tener más posibilidades de que le den más trabajos en el sector que con el tiempo y un poco de esfuerzo llegó a conseguir. Pero para mi tampoco es que fuese una época demasiado sencilla y después de un tiempo rompimos nuestra relación porque ya apenas nos podíamos ver y yo no quería estar en esa situación. 

A  mi me encanta el cine pero creo que no me gustaría trabajar en la producción de una película, prefiero que me sorprendan con lo que me pueda ofrecer la película antes de saber lo que hay detrás de las cámaras y me estropee el mágico mundo del cine. Aunque desde que comenzó todo esto del coronavirus me resulta complicado ver películas nuevas, no sé el porqué porque las películas que ya he visto me da igual verlas pero las nuevas no puedo. Y eso que tengo un montón de películas para ver pero no encuentro la motivación necesaria para verlas.

Desde niño he estado ligado al cine gracias a que mi abuelo era gerente de un cine al lado de mi casa y por consiguiente he visto un montón de películas de diferentes géneros, que han cultivado mi cultura filmográfica. Con pocos años ya había visto más películas que la mayoría de los adultos en esa época. Hoy en día con internet las películas están al alcance de todos pero mucha gente no aprovecha esa oportunidad y solamente ven las películas de estreno y eso es un error porque las películas antiguas suelen ser bastante mejores que las películas actuales. A los hijos de mis primos siempre estoy tratando de convencerles para que vean películas que a mi me habían encantado pero que a ellos les parece que no les van a gustar y cuando terminan por ver alguna película de las que les había recomendado se dan cuenta de que yo tenía razón.