Sabores 

A mi hijo no le gustaba el chocolate ni las chucherías. En casa no las veía, no se lo ofrecíamos y no lo pedía. Alguna vez que por casa aparecía algo de chocolate, simplemente como ensayo se lo dimos a probar, posó la lengua en el chocolate y puso cara de apuro. Y es que el chocolate tiene un sabor muy fuerte y peculiar. Y como la mayoría de los sabores fuertes y peculiares, puede enganchar. Todos podemos pensar en otros ejemplos…

Pero la guardería no es como estar en casa, para lo bueno y para lo malo. Nos ayuda mucho para poder trabajar, previo pago claro, porque en nuestra ciudad las guarderías públicas (en las que también hay que pagar, pero menos) no dan abasto para tanto niño. La guardería también le sirve para socializar y aprender muchas cosas, la mayoría buenas, pero otras no tanto. Y con la alimentación hay de todo.

Él estaba acostumbrado a comer yogures naturales desde el principio. No quería saber nada de los de sabores. Incluso alguna vez se los ofrecíamos y lo notaba raro. Pero un buen día nos vino diciendo: “yogur fresa”. Resulta que en la guardería habían cambiado los yogures naturales por los de sabores. La verdad es que tampoco es el fin del mundo, pero es solo un ejemplo de las consecuencias en las costumbres alimenticias de los niños que comen fuera de casa, que hoy en día son la mayoría. 

Peor es lo del chocolate porque sucede que cuando hay cumpleaños, al parecer, siempre ponen una tarta de chocolate. Nadie nos consultó nada al respecto, pero el niño se ha ido acostumbrando al sabor del chocolate. No se puede decir que esté enganchado pero el otro día sin venir a cuento, como lo del yogur fresa, nos dijo “quero chocolate”. Y resulta que el papá del niño sufre de adicción al chocolate… Así que siempre tengo algo guardado por ahí. Me lo pidió con esos ojitos que tuve que ceder a sus pretensiones. Y es que con los sabores nunca se sabe, pero raro es encontrar a alguien que no disfrute del chocolate…

Written by paco in Alimentación

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