El interiorismo es, posiblemente, uno de los aspectos más descuidados a la hora de crear un negocio, especialmente uno que tenga sus puertas abiertas al público. Un buen ejemplo son las tiendas de ropa que muchas veces se decoran en función de los gustos de su propietario y no teniendo en cuenta factores mucho más importantes, como a qué tipo de clientes se quiere atraer o el aprovechamiento del local.

El tipo de cliente que quiere atraerse es muy importante a la hora de apostar por una imagen en la tienda. Si se vende ropa para un público joven el aspecto de la tienda tiene que ser también juvenil y debe de seguir las modas imperantes. A este sector de gente le gusta poder mirar la ropa por su cuenta, sin tener que pedirla a un dependiente, que haya música en el establecimiento y que se pueda sentir a gusto con sus amigos curioseando y probándose ropa.

Si la ropa es para un tipo de público moderno pero de más edad, el aspecto del local ya cambia. Este público aprecia mucho más los detalles como la decoración vintage, tan de moda, o los guiños a otras décadas que les pueden traer muy buenos recuerdos, como los ochenta o los noventa. Para ellos el orden es importante y poder disponer de asesoramiento también. No quieren perder mucho tiempo buscando aunque les gusta poder elegir entre hacerlo por su cuenta o preguntar.

Las personas de edad avanzada están acostumbradas al trato personal. Ellos entrarán y preguntarán directamente esperando que sea el dependiente o el dueño del establecimiento quién les vaya mostrando las diferentes opciones. Es un público que necesita de mucho más trabajo por parte de quién le hace la venta, pero que también es muy fiel una vez que se siente a gusto en un establecimiento. Ellos querrán espacios amplios en los que se puedan mover a gusto, sillas cómodas para poder esperar su turno sentados y probadores de gran tamaño donde poder entrar dos personas si necesitan ayuda.

Es fácil ver que son maneras muy diferentes de comprar y también formas muy distintas de distribuir un mismo espacio. Un experto den interiorismo puede aprovechar al máximo las posibilidades de un local y conseguir exprimir hasta el último centímetro, orientándolo siempre hacia el público potencial del establecimiento para conseguir atraerlo.