El arroz con leche es un postre delicioso, pero las personas intolerantes hasta hace poco no podían disfrutarlo con la misma intensidad que el resto. Si bien la leche sin lactosa permite cocinar este plato sin que cause problemas digestivos, no era posible darle el toque final que a tantas personas le gusta añadiendo un buen trozo de mantequilla para darle más cuerpo y sabor.

Pero esto ya es cosa del pasado gracias a la Mantequilla sin lactosa Central Lechera, que tiene todo el sabor de la mantequilla tradicional, pero sin lactosa, siendo apta para los intolerantes. De esta manera pueden darle ese punto sabroso al arroz con leche con la mantequilla, el limón o incluso con el gusto a anís. Porque si hay algo que tiene esta receta es una gran cantidad de variaciones según el lugar de España en el que se prepare y casi, casi, podríamos decir que según el hogar del que proceda.

Para esta receta de arroz con leche y mantequilla hacen falta 100 gramos de arroz, un litro de leche sin lactosa, canela en rama, cáscara de limón y de naranja dos cucharadas soperas de azúcar muy llenas y una cucharada grande de mantequilla sin lactosa.

Se pone a cocer en una olla la leche con todos los ingredientes excepto el azúcar. Se tiene que cocer a fuego medio para que hierva suavemente, ya que si se produce un hervor rápido seguramente se estropee y no sepa bien. El tiempo de preparación es de aproximadamente 40 minutos removiendo cada cinco. Cuando llevemos aproximadamente 25 minutos añadimos el azúcar, removemos bien y dejamos que acabe de hacerse. Al añadir el azúcar en este punto evitamos que se queme.

Una vez que acabamos de cocerlo se vierte en un cuenco grande y se deja enfriar. Seguramente, espese bastante mientras enfría porque seguirá absorbiendo la leche. A veces, dependiendo del tipo de arroz puede llegar a espesar demasiado, incluso durante la cocción, lo que obligará añadir más leche sin lactosa. Esto también va en el gusto de cada persona y en como prefiere que quede el resultado, más cremoso o más suelto.

Una vez frío se sirve en cuencos individuales acompañado por canela molida que cada persona puede añadir a su gusto. Un postre que no solo está delicioso, sino que además alimenta mucho y es una gran fuente de energía.