Algunas regiones españoles tienen a la gastronomía como uno de sus principales reclamos turísticos. Es el caso de Asturias, comunidad que sigue creciendo, año a año, en número de turistas. Aunque suelen ser vacaciones de corta duración, sobre todo escapadas de fin de semana, el sector sigue presentando buenos números.

Asturias tiene playa, tiene montaña; pero hay algo más: es la sidra, el cachopo y el arroz con leche… es la gastronomía. Es difícil encontrar un turista que no se marche de Asturias hablando maravillas de la comida de la región. Pues bien, yo como asturiano tengo que decir que no es oro todo lo que reluce en la región. Que no podemos dormirnos en los laureles y que no todo se arregla con un cachopo de medio kilo y un par de botellas de sidra.

Que no me oigan en Asturias, pero a mí no me gusta el cachopo. Lo como, pero ‘no me da más’ como decimos allí. Eso quiere decir que ni fu ni fa. La verdad es que no entiendo muy bien por qué el cachopo gusta tanto. Yo soy un gran fan de la carne asturiana. De hecho, la ternera asturiana tiene Indicación Protegida lo que le otorga una garantía de calidad. Pero, qué queréis que os diga, en mi humilde opinión, rebozar una carne y meterle queso y jamón es una manera de echarla a perder… Pero, como digo, son mis gustos personales.

Y luego está el arroz con leche. Contra este postre no tengo nada especial. A mucha gente le gusta, de hecho soy el único que conozco que no es fan de este postre. Y para rematar tampoco soy un gran aficionado a la sidra, me da ardor… La sidra es un hunde-turistas. Muchos turistas se animan a beber varios culines seguidos y a las dos horas ya están tambaleándose. Y al día siguiente se levantan con un buen dolor de cabeza que ni una botella de whisky…

Algunos dirán que no soy un buen asturiano… no sé. Eso sí, soy un defensor a ultranza de la fabada… a pesar de sus indigestiones.