Mamá, dime dónde estás
Cuando éramos niños, nuestros padres no nos quitaban ojo cuando íbamos a jugar al parque o cuando estábamos dando un paseo por la ciudad. Ellos sabían que podía ser peligroso que nos perdiéramos o que alguien podía acercarse a nosotros con malas intenciones. Y nos protegían. Cuando crecimos y comenzamos a salir solos, se preocupaban si no estábamos en casa a la hora, no digamos ya en la época pre-móviles. Pero ahora, somos nosotros quienes nos preocupamos por ellos. Especialmente si nuestro padre o nuestra madre es alguien vulnerable que, aunque puede hacer su vida independiente, comienza a tener algunos […]