Llevaba unas semanas inmerso en esa tarea tan emocionante como, a veces, agotadora: buscar un coche de ocasión. Mi viejo compañero de cuatro ruedas ya había dado lo mejor de sí y era hora de encontrar un sustituto fiable, práctico y, sobre todo, que se ajustara a mi presupuesto. Como muchos, me enfoqué en el mercado de segunda mano, un universo donde puedes encontrar buenas oportunidades si buscas con paciencia y sabes qué mirar.

Mi búsqueda inicial se centró, lógicamente, aquí en mi ciudad y alrededores. Revisé portales online, visité algunos concesionarios de ocasión, pero nada terminaba de encajar. O los precios se me iban de presupuesto para lo que ofrecían, o los coches que me gustaban tenían demasiados kilómetros o algún detalle que no me convencía. Decidí ampliar el radio geográfico en mis búsquedas online, pensando que quizás fuera de la ciudad principal podría haber opciones interesantes.

Fue así como di con un anuncio que me llamó la atención. Se trataba de un [Inventa Modelo y Tipo, ej. Seat León TDI] con unos años pero, según la descripción y las fotos, muy bien cuidado y a un precio bastante atractivo. El «pero» era la ubicación: el coche estaba en un compraventa de coches ocasión Noia. Nunca había ido hasta allí a mirar coches, pero la oferta parecía lo suficientemente interesante como para plantearme el viaje desde Vigo. Al fin y al cabo, Noia tampoco está en la otra punta del mundo, es un viaje asumible si la recompensa merece la pena.

Así que, tras llamar previamente para confirmar que el coche seguía disponible, me organicé y puse rumbo a Noia esta misma mañana. El viaje fue tranquilo, y al llegar localicé el establecimiento sin problema. Era un compraventa con bastante movimiento, con una campa exterior llena de coches de distintos tipos y gamas.

Localicé rápidamente el [Modelo de coche] que había visto online. Tal como se veía en las fotos, el coche presentaba buen aspecto exterior, sin golpes aparentes y con la pintura cuidada. El interior también estaba limpio y ordenado. Hablé con el comercial, un hombre amable que me contó un poco la procedencia del vehículo y me facilitó la documentación para revisar el historial y las ITV.

Por supuesto, lo más importante era probarlo. Le pedí las llaves, arranqué el motor, escuché atentamente… todo sonaba correcto. Salimos a dar una vuelta por los alrededores de Noia. Durante la prueba, estuve atento a la respuesta del motor, el cambio de marchas, los frenos, la suspensión… Quería asegurarme de que no hubiera ruidos extraños ni comportamientos raros. El coche respondió bien, se sentía estable y cómodo.

Volvimos al concesionario y repasamos los últimos detalles: la garantía que ofrecían, el estado de los neumáticos, los trámites para la transferencia… Aunque siempre intentas ajustar un poco el precio, este ya era competitivo de por sí. Tras pensarlo unos minutos, tomé la decisión. Creo que he encontrado lo que buscaba.

Salí de Noia con los papeles de la reserva firmados y la sensación de haber hecho un buen viaje. A veces, salir de tu zona de confort y explorar un poco más allá te permite encontrar justo lo que necesitas. Ahora solo queda esperar a finalizar el papeleo para poder volver a Noia a recoger mi «nuevo» coche de ocasión.