Mis queridas vacas 

Sé que en el mundo en el que vivimos es una ofensa hablar de comer alimentos de origen animal. Los que aún comemos carne somos la quintaesencia del maligno, seres de ojos rojos que disfrutamos haciendo daño a los demás, que arrasamos el planeta con nuestras terribles costumbres y a los que no nos gusta acariciar perros. Estamos en peligro de extinción, si se me permite el chiste malo, pero todavía existimos. 

Me gusta la carne de vaca, me gusta la leche de vaca, me gustan muchos productos derivados de la leche. Y los voy a seguir comiendo mientras me dejen. El día en el que se reforme la Constitución para, entre otras cosas, introducir un decreto que prohíba el consumo de productos de origen animal, dejaré de hacerlo. Porque soy de respetar las leyes. 

Mi “relación” con las vacas es bastante estrecha desde mi niñez. Aunque crecí en una ciudad, buena parte de mi familia procedía del campo y mis abuelos tenían vacas. No era una explotación ganadera al uso, de tipo comercial, pero llegaron a tener varias y formaba parte del sustento familiar. Con los años las fueron vendiendo hasta que, definitivamente, abandonaron aquel pueblo para irse a la ciudad. Y claro, no vas a llevarte las vacas a un cuarto sin ascensor. 

Por aquella época nadie se planteaba dejar de consumir productos de origen animal. Comían lo que había. Muchos tenían huerta y también se consumía muchos productos vegetales pero siempre en combinación con productos derivados de la leche, del cerdo o de la oveja. El queso siempre fue un clásico en mi familia. Hasta llegaron a elaborar un queso en casa de mi abuela que se vendía en los mercados.

Cuando alguien me dice ahora que es vegano, me parece una excelente opción en la vida, como cualquier otra. Entiendo perfectamente sus motivaciones. Y tal vez, en un futuro a medio plazo, buena parte de la sociedad se alimente exclusivamente de productos de origen vegetal. Y tal vez seamos una sociedad más sana y sostenible. Pero luego está el libre albedrío, la libertad para decidir cada uno lo quiere hacer: y yo quiero seguir tomando carne.

Written by paco in Alimentación

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