Cuando vinimos a vivir aquí nos llamó mucho la atención la piscina porque es muy diferente a otras piscinas de las urbanizaciones cercanas que conocemos. Para empezar, es bastante más pequeña que la mayoría. Pero eso tiene su explicación porque es una de las urbanizaciones más pequeñas y tiene poco espacio común. Imagino que los diseñadores encajaron la piscina como pudieron teniendo en cuenta que es casi una obligación en este barrio.

En otras urbanizaciones hay mucho espacio común y la piscina suele venir acompañada de un gran espacio ajardinado. Este jardín suele tener sombrilla con manivela en varios puntos para que los usuarios puedan descansar, no solo bañarse. Pues bien, en mi urbanización hay una sola sombrilla. Y desde hace poco tiempo, porque cuando llegamos no había ni una.

Y es que el espacio que rodea la piscina es minúsculo. Tiene dos trozos de jardín en cada extremo de la piscina. El primero es de césped artificial y es muy pequeño, pero como da el sol casi todo el día, suele ser el más buscado por aquellas personas que quieren tomar el sol. El otro trozo de jardín es aún más pequeño, pero luego tiene una extensión hacia el pequeño parque infantil, de forma que en los días con más afluencia la gente termina ocupando la zona de jardín pegada al parque infantil. 

Las escenas aquí suelen ser curiosas, con los niños bajando por el tobogán casi encima de las toallas de algunos usuarios. Es realmente una piscina pequeña con un jardín pequeño, pero al final los gestores de la urbanización, supongo que, por petición de los vecinos, terminaron por adquirir una sombrilla con manivela. No dos ni tres, una sola sombrilla. Aunque es cierto que es muy grande y da mucha sombra. La cuestión es que quizás tengan razón porque si ponen otra sombrilla de las grandes ya tapan todo el jardín trasero.

De cualquier forma, es una piscina y con eso nos quedamos. Aunque no puedas hacer muchos largos porque los largos son casi igual de largos que los anchos… no se puede negar que es una piscina.