La impuntualidad
Siempre con prisas, así ha sido mi vida. Todo el mundo que me conoce sabe que la puntualidad no es mi fuerte. Y continuamente explico que intento llegar a la hora a todas partes, pero casi siempre me pasa algo. Ya harto de este vicio tan mío, estuve buscando información por internet para tratar de desvelar las razones por las que una persona se convierte en impuntual empedernido: al parecer se puede explicar por aspectos psicológicos, fisiológicos y culturales.
Puedo ponerme un post it en la nevera con el horario barco vigo moaña, anotarme en el móvil o hasta ponerme una alarma que a la hora de salir de casa me pasa algo que me retrasa. Y es que también soy muy olvidadizo. Pero es que los expertos dicen que la predominancia de un lado del cerebro puede provocar que unas personas tengamos más tendencia innata hacia la impuntualidad. Porque en el caso de coger un barco para ir de una orilla a la otra de la ría el único perjudicado de no cogerlo a tiempo soy yo. Por lo tanto, no es algo que haga conscientemente para hacer esperar a nadie.
Porque los psicólogos también dicen que los impuntuales pueden tender a creerse sobredimensionados con respecto a los demás. Soy consciente de la cantidad de veces que han esperado por mí, todo tipo de gente, desde familiares a amigos, pasando por personas relacionadas con el ámbito laboral que todavía es más imperdonable y me ha supuesto algún disgusto. Pero ya digo que no tiene nada que ver con creerme más que otros.
Si a pesar de tener apuntado el horario barco Vigo Moaña me quedo en tierra es porque soy capaz de llegar tarde, aunque sea en mi propia contra. ¿Tal vez es porque soy español? Dicen que llegar tarde también es una cuestión cultural. ¡Que en México puede ser normal llegar 1 hora tarde! O que en Argentina la media de llegada a una cita está en 15 minutos tarde. Debo decir que yo estoy más cerca de los argentinos que de los mexicanos, pero con todo debo enmendarme ya… o irme a vivir a Acapulco.
Written by paco in Navieras