Si tienes hijos adolescentes, sabrás que una cosa es que sigáis viviendo en la misma casa y otra muy diferente que conviváis. Una de las escenas más frecuentes al llegar la hora de la comida o de la cena, que son los momentos en los que las familias solían hablar, los jóvenes estén con sus teléfonos en la mano y no dejen de teclear ni mientras se están llevando los bocados a la boca. Comen de forma tan distraída que, a menudo, no sabrían decir unas horas después qué es lo que han tomado. 

Y, tras la cena, el rato de tele en grupo se convierte en que cada uno se va a su cuarto a cerrar la puerta y chatear con amigos, jugar en la consola o lo que sea que toca en ese momento y que nunca, jamás, incluye a los padres.

¿Quieres saber cuál puede ser un plan infalible para pasar unas vacaciones en familia en las que realmente se conviva? El plan comienza al comprar una camper 4 plazas dormir segunda mano. La segunda parte viene al integrar a los hijos en la planificación de las vacaciones, ofreciéndoles alternativas que puedan ser muy atractivas para ellos: ir a dar un paseo en canoa, a un campo multiaventura con tirolinas o a cualquier otra cosa que les atraiga y que, preferiblemente, ellos mismos propongan.

La segunda parte viene de la planificación de las noches, la cual corre de la mano de los adultos. ¿Qué tal un lugar en el que se pueda acampar con la camper, pero en el cual no haya cobertura para teléfonos?  Tras un día repleto de aventuras y de diversión, se llegaría a un espacio tranquilo y relajado en el que cenar en familia sin aparatos de por medio. Tal vez, cuando se den cuenta de que no hay cobertura, la cosa se ponga un poco tensa. Pero como no hay alternativa, tocará aguantarse.

Una vez en la comida, seguro que pronto comienzan a disfrutar recordando las mejores anécdotas del día y riéndose al revivir los mejores momentos. Prolongar la sobremesa con juegos de mesa o de cartas puede ser una buena opción para que la charla continúe. Si todo se planifica bien, seguro que al día siguiente ya no hay quejas cuando vean que sus móviles no funcionan y que tendrán que pasar otra noche en familia, que tampoco está tan mal.