Recomendaciones para conducir y aparcar en Portugal
Portugal recibió el pasado año más de veinticinco millones de visitantes internacionales. Un porcentaje significativo de este turismo es itinerante, es decir, se desarrolla mayormente en caravanas, furgonetas y otros vehículos gracias a la desarrollada red nacional de autopistas y carreras del país lusitano. Sin embargo, conducir y reservar aparcamiento Braga centro, Lisboa, Oporto y otros núcleos urbanos presenta sus inconvenientes y particularidades, desconocidos para el resto de Europa
Los peajes físicos no representan un problema en Portugal, pues disponen de cabinas donde efectuar la detención, pagar en efectivo y proseguir viaje. Por contra, los peajes electrónicos (electronic toll only) pueden ser quebradero de cabeza para el turista primerizo, pues el pago se efectúa mediante el sistema EasyToll, la Tollcard o la tarjeta virtual de tres días.
A la hora de estacionar, es posible sentirse confundido por la ausencia de líneas azules, verdes, etcétera, en las plazas de aparcamiento. La señalización horizontal es la encargada de indicar la clasificación de los parkings, y en ningún caso existen la llamada ‘zona azul’ sino la verde (más asequible), la castanha (usual en grandes avenidas), la amarella y vermelha (de alta rotación) y la preta (donde existe más equidad entre la oferta y la demanda).
Respecto a los límites de velocidad, los viajeros belgas y españoles no percibirán ningún cambio. Se circula a un máximo de cincuenta km/h en carreteras urbanas, de noventa en vías interurbanas y de ciento veinte en autopistas y autovías. Otras coincidencias son la tasa máxima de alcohol en sangre y la prohibición de manipular el teléfono móvil al volante.
Además, Portugal forma parte del Espacio Schengen, al igual que España y otros veinticinco países europeos. Por ello, se permite la libre circulación de personas y bienes entre sus fronteras, con la única obligación de portar el DNI, el carné de conducir, la ITV y el seguro de coche.
Written by paco in Parkings