1-Un paseo en barco por la ría. Una de las excursiones en Sanxenxo más solicitadas son los paseos en barco por la ría. A todo el mundo le gusta darse un paseo en barco porque no es algo que se haga de forma habitual, pero más todavía si se puede tomar a bordo una ración de mejillones o incluso cenar. Hay todo tipo de alternativas, desde un simple paseo hasta barcos con el fondo transparente para poder ver las bateas. Y, como hemos dicho, menús degustación y auténticas cenas completas a bordo de un barco. Tú decides qué te apetece hacer o incluso puedes optar por experiencias diferentes en varios días.

2- Una excursión a Pontevedra. La capital de la provincia gallega es una ciudad pensada para las personas y se nota desde el momento mismo en que se llega. Si vas en tu coche, déjalo inmediatamente en un parking porque en Pontevedra se va caminando a todos lados. Podrás disfrutar de su casco antiguo, de sus terrazas en las numerosas plazas con las que cuenta y de lugares emblemáticos, como la iglesia de la Peregrina. Disfrutarás de una ciudad en la que siempre hay un buen ambiente, especialmente si vas durante sus fiestas, en las que podrás vivir todavía más el bullicio y la alegría de sus calles.

3-Vigo, incluso sin luces vale la pena. La ciudad de Vigo tiene muchos atractivos para sus visitantes, no solo las luces de Navidad. Además de sus parques, ideales para pasear en cualquier momento del año, puedes ir de compras en sus centros comerciales o por la famosa Calle del Príncipe, donde hay muchos comercios que puedes visitar. Siempre hay una importante oferta cultural en la ciudad, por lo que acudas cuando acudas, tendrás algo que hacer y que disfrutar. No dudes en hacer una excursión para conocer Vigo y pasar una jornada urbana durante tus vacaciones.

4- La Toja, una vista no solo a la isla. La isla de la Toja vale la pena visitarla porque es bonita y cuenta con lugares con mucho encanto, pero sobre todo porque tiene un balneario maravilloso. Puedes dedicar una tarde a disfrutar de sus instalaciones mimándote un poco con unos masajes y un circuito por sus aguas. Es la experiencia perfecta para poner el broche final a las vacaciones o para coger fuerzas a la mitad de ellas.