Son ya varios años los que llevamos trabajando con empresas chinas, pero hasta ahora eran ellos los que nos visitaban a nosotros en España. Debido al crecimiento de nuestros pedidos y a la cada vez más elevada exigencia de nuestros clientes nos hemos visto obligados a plantear una estancia en China para negociar nuevos contratos con proveedores y probar diferentes materiales.

Entre los socios decidimos que fuera yo el representante de la empresa en China debido a mi dominio de varios idiomas… pero no de chino. En algunas reuniones en las que nuestros colegas no se expresaban muy bien en inglés, decidimos contratar un servicio de interpretación de Globalingua a través del uso de nuevas herramientas online. Nos fue muy bien, porque los pequeños detalles a la hora de firmar un contrato son decisivos.

Hace ya siete años que mis tres socios y yo fundamos una empresa dedicada a la fabricación de palas de pádel. Desde el principio supimos que, en un mercado en crecimiento exponencial como el nuestro, debíamos diferenciarnos de la competencia. Así que decidimos fabricar nosotros mismos las palas, en vez de comprarlas a un proveedor y ponerles el nombre como hacen otras muchas firmas del sector.

Estábamos decididos a hacer productos de calidad, pero nos encontramos con un mercado más difícil de lo que pensábamos. Fue cuando empezamos a contactar con proveedores chinos para que nos vendieran material técnico en bruto, como el carbono especialmente, para diseñar nuestras palas.

Aunque el arranque fue difícil, una vez que pudimos difundir nuestros productos en el circuito semiprofesional pasando luego al patrocinio de varios jugadores profesionales, todo empezó a fructificar. Y así fue como empezamos a estar superados por la demanda de palas y comprobamos que necesitábamos nuevos proveedores, con una mayor capacidad de producción.

Ya habíamos utilizado Globalingua para algunas reuniones en la sede de nuestra empresa, pero en nuestro viaje a China nos ayudaron de forma decisiva. Y es que manejarse adecuadamente en un entorno comercial como el chino no es sencillo, y no solo por el idioma. Pero, finalmente, todo funcionó y nuestra empresa está en la línea de dar un paso adelante.