La edad pasa factura a las habilidades motrices, visuales y memorísticas de cualquier persona. Afortunadamente para este público, las nuevas tecnologías están contrarrestando los efectos del envejecimiento con soluciones tan creativas, como el reloj para personas mayores, un dispositivo de teleasistencia que mejora la autonomía del usuario y le permite controlar eficazmente sus constantes vitales y otros parámetros.

Con el lanzamiento de Pebble y de Sony Smartwatch, el sector de los relojes inteligentes vio la luz con prestaciones muy limitadas que, año tras año, se han ampliado y perfeccionado, hasta convertirse en minicomputadoras de menos de cuarenta gramos. En los últimos años, marcas como Durcal han acercado esta tecnología a la tercera edad.

Los smartwatches para mayores se caracterizan por su interfaz sencilla e intuitiva, con fuentes de un tamaño y diseño accesibles y pantallas de alto contraste. La disponibilidad de comandos de voz agiliza la interacción con la pantalla y disminuye la frustración en momentos de tensión. El objetivo es facilitar la navegación a un perfil de usuario sin experiencia con las nuevas tecnologías.

La localización GPS es otra prestación común en este tipo de relojes. La desorientación es una amenaza omnipresente para los adultos mayores, y el uso de un smartwatch con geolocalización impide que esta situación pase a mayores.

Para combatir las pérdidas de memoria, estos dispositivos integran alarmas y recordatorios, útiles cuando los primeros síntomas de la demencia entran en escena. Es una función útil para recordar la fecha de eventos, la hora del medicamento y otros compromisos.

Gracias al acelerómetro, los relojes para la tercera edad actúan como «ángel de la guarda», pues detectan la caída del usuario y pone sobre aviso a los servicios de emergencia en cuestión de segundos. Además, poseen un botón de ayuda o SOS para enviar esta alerta de forma manual.