No hay una respuesta única para esa pregunta porque todo depende de qué marisco sea y dónde decidas comerlo. Por eso, vamos a explicarte cómo puedes comer marisco al mejor precio y de excelente calidad.

Para empezar, evita los puntos turísticos. En los lugares en los que hay mucho flujo de turistas el marisco suele tener una pésima relación calidad/precio. En muchos casos se ofrecen bandejas por precios aparentemente muy atractivos, pero cuando se consume es fácil darse cuenta de que no es un producto de calidad. Y el producto de calidad se paga por encima de su valor en cualquier otro lugar. Muchas veces, los lugares más apartados son los mejores en calidad, precio y también en atención porque el personal no está tan estresado como en aquellos en los que hay mucha gente a diario.

No descartes el marisco congelado. Si cuentan con un buen Proveedor de mariscos congelados para hosteleria el producto puede ser excelente y tener un precio muy competitivo. No todos los mariscos responden igual al proceso y algunos, tras ser congelados, pueden ser buenos para formar parte de recetas de arroz o similares, pero no para ser degustados como plato estrella. Otros, por el contrario, pueden resultar muy sabrosos y dado que el marisco congelado no está sujeto a las subidas y bajadas del fresco, el ahorro puede ser considerable.

Encarga con tiempo la comida y si quieres mariscos frescos asegúrate de estar en temporada. Evita las típicas cenas de Navidad en las que el marisco está a precio de oro. Es mucho mejor realizar la cena en otro momento y disfrutar de una mejor calidad de marisco y de unos precios mucho más competitivos, además de no estar apretados en restaurantes que suelen aprovechar estas cenas al máximo, haciéndose cargo en ocasiones de más comensales de los que pueden atender sin problemas.

Por último, el marisco suele saber mejor cuando se come fuera de casa. Tal vez, pueda parecer que se ahorra al comerlo cocinándolo uno mismo, pero es un tipo de comida que tiene muchos inconvenientes, siendo el más importante el olor que deja en toda la cocina. Además, muchos mariscos hay que limpiarlos y repasarlos porque incluso cuando vienen con todos los tratamientos previos pueden traer arenas y suciedad. Esto puede estropear un plato caro sin posibilidad de reclamar porque no está en condiciones y que nos preparen otro.