Cuando pensamos en Galicia nos vienen a la idea muchas imágenes referentes a su bonito paisaje, como por ejemplo las maravillosas playas de las Rías Baixas o los bonitos acantilados de las Rías Altas en la zona de San Andrés de Teixido. No podemos dejar de imaginar lugares tan emblemáticos como la Catedral de Santiago de Compostela, o los faros de Fisterra o la Torre de Hércules. También nos vienen recuerdos de su música, ¿quién no ha escuchado en los últimos meses un tema de las Tanxugueiras? Pero, sobre todo, a la gran mayoría nos viene el recuerdo de los sabores de su deliciosa gastronomía.

Pocas dudas hay de que en Galicia se come realmente bien y, aunque lo cierto es que se come de maravilla en cualquier lugar de España, Galicia tiene sabores singulares con los que la identificamos de manera prácticamente automática. Y no solo de comidas, también de bebidas. Solo hay que pensar en las marcas albariño que son ideales para regar muchos de los platos favoritos de la cocina gallega.

En primero lugar, cuando pensamos en sabores de Galicia, pensamos en el marisco. Y es que las frías aguas del Atlántico nos dan algunos de los mejores mariscos del mundo. Los percebes, las nécoras, los centollos o las deliciosas vieiras son solo un pequeño ejemplo de lo que nos ofrecen estas aguas. Pero hay que recordar que en ellas no hay solo marisco y que el pescado es también muy variado y con un sabor intenso y único. Lo mejor de todo es que hay platos para todos los bolsillos, ya que mariscos tan económicos como los mejillones son suculentos y pescados baratos como el boquerón o la sardinilla son todo un manjar si se presentan bien fritos en un buen aceite de oliva.

En cuanto a carnes, la ternera galleta está reconocida como una carne de una gran calidad, que se basa sobre todo en la posibilidad que tienen muchos de estos animales de pastar al aire libre. Y el campo no nos da solo hierba para pasto, la huerta gallega también ofrece una gran variedad de productos, como los pimientos de padrón que, cuando están en temporada, son una de las opciones favoritas en todos los mesones gallegos.

Podríamos hablar también de los dulces típicos de Galicia, pero necesitaríamos mucho espacio para hacerles justicia, por lo que quedan para otra ocasión.