El ser humano es un espécimen muy peculiar. Habla mucho, pero hace poco… también con el mantenimiento del ordenador. Y es que buena parte de nuestros problemas informáticos se producen por una negligencia del propietario. Es verdad que no todo el mundo tiene por qué ser un experto en tecnología, y que la informática es un ámbito de cierta complejidad y que está sujeto a una constante evolución. Pero también es cierto que, en general, no ponemos todo de nuestra parte para atender nuestros equipos.
La empresa de Servicios mantenimiento informática en Madrid nos cuenta qué es lo que pasa cuando pasamos olímpicamente de nuestro ordenador. Para empezar, perdemos el tiempo. Si eres una persona cuya herramienta principal de trabajo es el ordenador, perderás tiempo cada vez que se estropea (y el tiempo es dinero, dicen). Cuando nuestro equipo se escacharra ponemos el grito en el cielo y maldecimos la tecnología, pero casi nunca nos maldecimos a nosotros mismos por nuestra incompetencia.
¿Y si perdemos información fundamental? Uno de los problemas más graves en un ordenador es la perdida de datos. Sin copias de seguridad, estamos a merced de que un día se volatilicen todas esas fotos a las que les tenemos tanto cariño. En este aspecto también contribuyen los antivirus que evitan en la medida de lo posible contienen el software malicioso.
¿Y ese ordenador que se apaga repentinamente? Si es así, tenemos un problema, pero en vez de acudir a un experto, seguimos tensando la cuerda hasta que el equipo deja de funcionar definitivamente.
La empresa de Servicios mantenimiento informática en Madrid nos dice que en un alto porcentaje de casos, los problemas con los que acuden sus clientes son de fácil resolución y que, generalmente, se podían haber solventado con ‘tratamientos preventivos’. Un tratamiento preventivo es como ponerte una jersey después de hacer deporte para evitar coger frío. Esto que es algo básico en la vida que no se aplica al mundo de la informática.
A lo largo de mi vida, he tenido que trabajar con unos cuantos ordenadores ajenos por cuestiones laborales, y en la mayor parte de los casos eran verdaderos estropicios. Con lo fácil que es tratar bien un ordenador, me digo a veces.