La frase “hay que probarlo todo en esta vida” suele citarse en contextos un poco humorísticos, porque cualquier persona con sentido común sabe que en esta vida hay cosas que no se pueden probar, y no vamos a poner ejemplos… Pero si la aplicamos a la gastronomía sí que es mucho más válida.
Hace unos años empecé a plantearme modificar un poco mis patrones alimenticios. Me influyó también el hecho de empezar a viajar por distintas partes del mundo lo que me hizo conocer gastronomías exóticas. En los países orientales me impactó por ejemplo el éxito de las bebidas de soja que no tardaron en ponerse de moda también en Europa.
Yo siempre he sido fiel a la central lechera asturiana. No es tanto porque le tenga un cariño especial, sino por algo tan sencillo como el sabor: la leche de esta marca tiene un sabor diferente. A mí me gusta más, pero el sabor es una cuestión puramente subjetiva. Pero debido también a que en la familia hay personas alérgicas a la lactosa, empezamos a tomar leche de soja, que yo ya conocía de antes y no me supuso un gran problema.
Actualmente en el mercado existen innumerables bebidas vegetales, no solo de soja. El catálogo de la central lechera asturiana, por ejemplo, es más que amplio. Pero otras firmas del sector también se han lanzado a aprovechar esta nueva moda.
Aunque a veces me pregunto si la moda la generan los compradores o las propias marcas. Tenemos la sensación que somos nosotros, los consumidores, los que imponemos nuestros criterios al mercado. Es decir, nos interesamos por la leche de soja y las compañías se adecuan a nuestros gustos. Pero, ¿no será al revés? ¿No será que son las empresas las que nos crean necesidades que antes no teníamos, como la de beber bebidas vegetales aunque no tengamos ninguna intolerancia?
O quizás haya una tercera opción, que es la combinación de las dos anteriores: consumidores y empresas se ‘ayudan’ en la generación de modas. De cualquier manera, en esta vida sí que hay que probarlo todo, si hablamos de comer y beber… Porque descubres sabores que te cambian la vida.