Si estás pensando hacer el Camino de Santiago uno de los aspectos más importantes del mismo es la mochila, ya que debes de llevar en ella cuanto necesitas pero a la vez debe de caber en el interior de una bolsa que puedas cargar.
La mochila Camino de Santiago debe de tener unas características básicas para que puedas llevarla sin problemas.
1) Ligera: Si una mochila no está realizada en lo último en materiales ligeros ya estarás añadiendo peso a tu espalda antes incluso de poner nada en su interior. Debe de tener varios compartimentos para que puedas separar cosas sin tener que añadir nuevas bolsas.
Es muy práctico que tengan un bolsillo para la documentación totalmente impermeable y que esté en el exterior para que no tengas que perder tiempo buscando un documento que puedas necesitar.
Son muy adecuadas las mochilas para marchas ya que suelen tener un departamento para la bebida que permite tenerla siempre a mano y no tener que abrir la mochila cada vez que se quiera beber.
2) Ergonómica: La mochila debe de adaptarse bien a tu cuerpo y a la forma de tu espalda para que puedas colocártela sin problemas. Debe de tener un sistema de cintas que la enganchen en tu cintura y en tu pecho para que no se note tanto la carga.
Esas cintas deben de ser suaves para evitar que puedan rozar la piel y crear todo tipo de heridas que vas a tener que aguantar durante muchos días. También debes de tener en cuenta tu altura, ya que una mochila excesivamente grande podría desequilibrarte.
3) Impermeable. Por supuesto, una buena mochila no debe de permitir que pase el agua y se empape todo lo que llevas en el interior. Incluso las cremalleras y las costuras deben de estar tratadas para que no pase agua dentro.
Cualquier bolsillo que tenga en el exterior debe de tener el mismo tratamiento para que nada acabe flotando en un charco de agua. Además, una mochila empapada pesa mucho más.
4) No la cargues. Por último…todo lo que te he dicho está muy bien, pero ¿no sería mejor no tener que cargarla? A lo largo de todo el Camino encontrarás empresas que se dedican a recoger tu mochila por la mañana y dejarla en tu destino para que la tengas allí por la noche.