Somos lo que comemos. A estas alturas todos lo tenemos claro. Por eso, tratamos de cuidar tanto nuestra alimentación. Y una buena alimentación empieza bien temprano, con el desayuno. En mi opinión, el desayuno no es la comida más importante del día, sino que está al mismo nivel que las demás. Creo que esta frase hecha se ha hecho popular porque muchas personas desatienden el desayuno por falta de tiempo. Por eso conviene recordar que si desayunamos bien habremos empezado el día con el pie derecho.
Uno de los cambios que he practicado con el desayuno en los últimos tiempos ha sido en relación a las bebidas vegetales. Debido a que en mi familia hay personas celíacas empecé a entrar en contacto con otro tipo de alimentos. Uno de los que más me sorprendió fue la leche de avena. Probé otras bebidas vegetales, pero esta fue la que más me gustó, hasta el punto de dejar la leche de vaca.
La avena es el cereal más completo que existe gracias a su equilibrada combinación de hidratos de carbono, proteínas y grasas. A pesar de ello, no ha sido un cereal tan ‘popular’ como otros en España. Con la fama adquirida por las bebidas vegetales, la avena ha vuelto a ponerse de moda. Y es que la leche de avena es la sustituta perfecta de la leche de vaca gracias a su aporte de componentes esenciales.
Partiendo de las bebidas vegetales, empecé a plantearme un desayuno diferente. Cuando era más joven fui un acérrimo defensor del cacao en polvo soluble. Solía ir acompañado de pan de molde o tostadas. De pequeño nunca pensé que podría desayunarse fruta… Me resultaba deprimente pensar en levantarme por la mañana y encontrarme con un par de piezas de fruta.
Pero los tiempos cambian y el desayuno dulce ha dejado paso a un desayuno mucho más equilibrado compuesto de fruta, cereales y bebidas vegetales. Además, no siempre desayuno lo mismo, algo que solía hacer en el pasado. Suelo introducir algunas variantes para escapar de la rutina. Y es que hay personas que prefieren comer siempre lo mismo para generar un hábito. Yo prefiero cambiar…l