Sucede a veces que la literatura y el cine van por delante de la realidad. En la década de los 70 y 80 comenzaron a aparecer libros y películas sobre los presuntos peligros de un mundo conectado a nivel cibernético. Años más tarde, estos peligros son más que una realidad. Hace pocos días un ataque informático a nivel mundial afecta a miles de empresas, algunas tan importantes como Telefónica en España.

Leyendo la prensa, un usuario poco experto puede preguntarse: “ si esto la pasa a Telefónica, qué puede pasar con mi ordenador”. Consultando a un importante Servicio mantenimiento informática Valencia sobre el ciberataque global, nos comentan que esto no se detendrá. El futuro pasa por mejorar las estrategias defensivas, porque los delincuentes cibernéticos seguirán buscando fallos de seguridad por donde introducir sus virus.

En este caso, el virus penetró a través de una vulnerabilidad detectada por Microsoft en su sistema operativo Windows. No será la primera, ni la última vez, que el OS de la compañía estadounidense es objeto de un ataque masivo. Su enorme presencia a nivel mundial, especialmente en grandes compañías, dificulta también el control, pero no cabe duda de que este ataque no hace ningún bien a la imagen de Windows.

¿Podemos sentirnos seguros? Desde la empresa de servicio mantenimiento informática Valencia no quieren pecar de alarmistas, pero señalan que la seguridad informática se está convirtiendo en una prioridad absoluta a nivel gubernamental. Nadie puede sentirse totalmente seguro de que no recibirá algún tipo de virus en sus dispositivos: desde un ordenador doméstico de una familia, hasta la compañía más importante de España.

No obstante, los medios que deben poner unos y otros para hacer frente a las amenazas de seguridad son diferentes. Las grandes compañías tienen protocolos de seguridad complejos (y caros) porque interesan mucho más a los delincuentes. Un ordenador personal debe confiar en un buen antivirus para hacer frente a posibles amenazas que, por regla general, serán mucho menos agresivas.

Pero lo que está claro es que el mundo descrito en la literatura de ciencia ficción de hace décadas ya está aquí.